Creo que esta es una de las comas más fáciles de poner, y son muchas, muchísimas, las veces que se ignora en los libros. Quizá la coma es la más rebelde de nuestra amiga la ortografía, pero en este caso, no hay rebelión que valga, la coma debe acompañar desde el principio hasta el final, antes y después, al vocativo.
El vocativo se emplea para llamar o dirigirse a alguien (o
algo personificado) de forma explícita:
—Te quiero, Roberto, te amo, pero el único hombre en el
que confié antes de conocerte a ti...
—Sí, mujer, a mí la idea me gusta…
—Buenas noches, Roberto, te echo mucho de menos.
—Buenas noches, Roberto, te echo mucho de menos.
—No, mamá, no. Por favor…, mamá, no… No puedes dejarme sola…
A veces puede aparecer al principio o final de una oración o
después o antes de un signo de puntuación:
—No miento
y tengo testigos, Charles; estás hundido.
—¡George!, respeta a tu madre. Dime qué te
ocurre.
—Vete de
aquí, Eleonor. ¡Idos todas! ¡Vamos!
—¿Qué ha
pasado, chicas? —preguntó
muerta de risa.
—Evita, ¿no tendrás unas tijeras por ahí?
—¿Adónde
vas con tantas prisas, criatura?
Se escriben siempre entre comas, aunque el enunciado sea muy
breve:
—No, señor.
—Sí, mujer.
—Vete, Berta.
Para ti, Lucía.
***
Ejemplos tomados prestados de estas novelas:
La última línea del espejo, Gema Samaro
Mangaka, María José Tirado
Para ti, Lucía, Anna
Casanovas
Somos tú y yo,
Claudia Velasco
Pues ya me has hecho dudar, como casi siempre, jajajajaja... Por lo menos creo que me queda claro y si antes se me colaba alguna, espero que a partir de ahora sean menos, o ninguna.
ResponderEliminarMuchas gracias, Syra, por esta entrada. Un ejemplo que también conviene recordar es que debemos usar la coma para delimitar el vocativo en los saludos que escribimos en los correos electrónicos: "Hola, Syra"; "Buenas tardes, Berta". ¡Saludiiitos! ;-)
ResponderEliminarGracias, Berta. No me olvido de lo tuyo, Berta. Hasta pronto, Berta.
ResponderEliminar;-)
Lucía: en esto no puedes dudar. Esta coma está chupada.