La
RAE distingue tres tipos de comillas:
Latinas,
españolas o angulares: «latinas»
Inglesas:
"inglesas"
Simples:
‘simples’
La
Academia recomienda utilizar en primer lugar las comillas latinas:
«¡Me está llamando inmadura!».
«Porque tengo miedo».
Las comillas inglesas se utilizarían para entrecomillar algo dentro de
un texto que ya va entre comillas:
Laura
preguntó por las intenciones de las hijas y yernos de Miguelito y Lucero, y se
enteró de que «los desagradecidos le estaban tomando el gustito al
gentío y al bullicio de la "ciudá" y que ya no tenían tantas ganas de marchar
"pa’l
campo"».
«¡Qué
nombre más feo!, al menos "Chic" no estaba mal, podía decirse que tenía "charm"».
«La
mujer, que echa sangre y que alumbra, tendrá de las cosas de la vida un "instinto"
más profundo que el biólogo», le había aclarado Simone.
En estos casos he utilizado las
comillas inglesas para resaltar expresiones vulgares o empleadas de forma
especial, el nombre de una revista y una palabra extranjera. Personalmente,
hubiera utilizado en todos esos casos la cursiva para resaltarlas, pero aquí
les he puesto las comillas para poner el ejemplo.
Y finalmente, se utilizarían las comillas simples para entrecomillar
algo que está dentro de las comillas inglesas:
«¿Por
qué se dice "pavo
con ‘marrons’
y vino"
cuando se rellena de castañas?».
Y ahora, el truco del almendruco: cómo cambiar las teclas del ordenador para
que las comillas latinas se pongan simplemente dándole a una tecla, y así evitar
el engorro de Insertar, Símbolo y
demás.
Yo utilizo Word 2010, y lo que he hecho ha sido crear una macro. Conste que lo
he hecho un poco al tuntún y que no soy ninguna experta, pero me ha funcionado.
He elegido las teclas < y >
para convertirlas en « y ».
Vamos a la pestaña «Programador».
Allí vamos a «Grabar macro». Apretamos «Botón». En la columna izquierda seleccionamos «Revisión», y depués «Opciones de autocorrección».
Ahora tenemos que cambiar un símbolo
por otro. Mientras se está grabando la macro no se puede copiar y pegar, así
que hay que haberlo seleccionado previamente. Cuando lo hemos hecho, le damos a
«Agregar», luego «Aceptar», y «Aceptar» otra vez. Finalmente, hay que detener
la macro (arriba a la izquierda) y voilá.
Ya está. Primero se hace con las comillas de apertura y después con las de
cierre.
Otro truco del almendruco es
utilizar la opción «Buscar y reemplazar». Si durante todo el texto hemos
utilizado las comillas inglesas, cuando hayamos terminado podemos reemplazarlas
todas por las latinas utilizando esa opción. Con esto llevaría cuidado, porque dependiendo de qué tipo de comillas se hayan utilizado, esto funciona o no. Si hemos utilizado estas ("") el truco no funciona, porque te cambia las de apertura y cierre indistintamente. En ese caso siempre se puede hacer el cambio de uno en uno. Pero si hemos utilizado estas (“”) sí que en principio funciona.
***
Para esta entrada he cogido ejemplos
(algunos de ellos modificados) de los siguientes libros:
Indias
blancas, Florencia
Bonelli
Íntimos
enemigos, Olga
Salar
El
vals lento de las tortugas, Katherine Pancol
Últimas
tardes con Teresa,
Juan Marsé
Muy buena entrada, Syra, sobre todo para cuando hay que entrecomillar algo dentro de una frase que ya va entre comillas. Quizás algún día me acostumbre a usar las latinas, pero por lo menos lo tengo más claro que antes... jejeje...
ResponderEliminarMuy buena entrada, Syra, pues el uso erróneo de comillas inglesas está terriblemente extendido, supongo que porque no vienen por defecto en el teclado y aunque se configuren para el Word, ¿qué hacer con los correos electrónicos y las entradas de blog si se escriben directamente en el navegador? En esos casos, a no ser que quiera causar una muy buena imagen ortográfica, yo opto por las comillas inglesas.
ResponderEliminarAlba: en los blogs, correo electrónico y Facebook estamos todos eximidos de usar las comillas latinas. :-)
ResponderEliminarYo las pongo en el blog porque, en realidad, siempre escribo primero las entradas en Word. Y lo mismo pasa con poner sangrías, me es imposible, así que he desistido.