Después de
llevar un tiempo por aquí, me gustaría compartir una serie de reflexiones.
Digamos que
hay tres tipos de novelas: las autopublicadas, las publicadas a través de una
editorial tradicional y las publicadas a través de empresas que te ofrecen un
servicio editorial.
1.- Entre
las novelas autopublicadas,
encontramos a dos tipos de autores: aquellos que priman la calidad por encima
de todo y que deciden subcontratar a profesionales para que les ayuden con la
maquetación, la corrección y la distribución de su novela; y aquellos otros que
deciden hacerlo todo ellos mismos, bien porque contratar los servicios
mencionados tiene un coste económico que no siempre es pequeño, o bien porque
hay quienes están capacitados para hacerlo todo por ellos mismos.
Cada vez
encuentro más casos de los primeros, los que se deciden a pagar por una
portada, por una maquetación o por una corrección. En general, me da la
sensación de que está aumentando la conciencia de que no se puede publicar
cualquier cosa y de que el público demanda cierta calidad. Es cierto que un
libro con una portada bonita y con un interior cuidado ayuda a que se venda más
y, además, dice mucho del interés que tiene el autor por que su novela esté lo
más perfecta posible. ¡Ojo!, tener una portada bonita o una corrección
profesional no es sinónimo de éxito. Creo que quien se decide a corregir lo
hace porque quiere tener una novela con el mínimo de errores y poder vender
su producto con mayor seguridad sobre su calidad. O lo hacen por la
satisfacción personal de haber hecho algo lo mejor posible.